sábado, 31 de diciembre de 2011

Termina el 2011 con una oposición dispersa



Oswaldo Ávila Figueroa

Oswaldo Ávila Figueroa

La oposición política armada artificiosamente contra el gobierno de la Revolución Ciudadana llega dispersa al término de 2011, sin líderes solventes y con riesgo de fraccionarse más en  2012, año de la campaña electoral. Carente de un eje ideológico y con diversas posturas de intereses, se moviliza en un escenario contradictorio, de pugna interna y sin apoyo popular. En la oposición de alinean la derecha, la partidocracia, la seudoizquierda, MPD y PK, los resentidos y traidores, que pretenden sobrevivir para rescatar privilegios, en alianza con la oligarquía y el apoyo de la “prensa independiente”.
La prensa privada ha perdido espacio y credibilidad a causa de sus propios desatinos. Ese descalabro es otra realidad de 2011. Los periodistas intocables que se creían poder ahora entienden que la libertad de expresión no es una licencia para injuriar al prójimo y, que como cualquier otro profesional, son sujetos de enjuiciamiento penal, si incurren en algún delito. Los estudiantes, al fin, comprendieron el sentido de los cambios en el sistema educativo para mejorar el rendimiento académico y hoy, en su mayoría, deciden apoyar la gratuidad de la educación, el destierro del ocio y, principalmente, condenar la injerencia del MPD. El 2011 testificó la terminación de los plantones y la bullanga de los autodenominados “cabreados”, grupo de 20 personas, contratado para perturbar el avance de las conquistas sociales del régimen de  Alianza PAIS.
En el año que finaliza, se ratificó que el 30-S no es una fecha de festejo, sino un hecho histórico, de rememoración del intento golpista y que al final se corroboró el triunfo de la democracia con la aportación valiosa de sectores populares. Durante los 12 meses, los medios públicos y las cadenas sabatinas enfrentaron con éxito al monopolio informativo de los “medios particulares”. Difundieron temas que los otros callan, el avance de los planes de vivienda, obras viales, salud, educación gratuita, protección a los minusválidos, y en definitiva, el cambio de vida de los ecuatorianos postergados.
La quebrantada oposición, en  2012, por intermedio de sus asambleístas dóciles, se tornará más agresiva, con los mismos rostros en la batalla final por recuperar prebendas y espacios ya casi extinguidos.
El gobierno de la Revolución Ciudadana asume un nuevo reto en  2012. Es inevitable endurecer sus fuerzas contra los conspiradores que se movilizan por doquier, con su intención de atentar contra el régimen que ha señalado el camino de la libertad económica de los marginados de siempre.

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