sábado, 31 de diciembre de 2011

Medios privados y política exterior



Werner Vásquez Von Schoettler

Werner Vásquez Von Schoettler

El que los medios de comunicación privados tengan posición política no debe extrañar, es más, es saludable que la tengan, pero no que  pasen por difundir y hacer creer que eso de la imparcialidad existe y que son ellos quienes la ejercen indefinidamente. Si tienen posición política, tienen posición ideológica y esta es bien clara en el pronunciamiento que el medio privado hace respecto a determinados hechos sociales en su espacio editorial.
El pasado miércoles, uno de esos medios privados de información se pronunció respecto a la política exterior del país. Nadie diría que la política exterior es perfecta, pero queda claro que ha cambiado en cuanto los referentes tradicionales políticos e ideológicos. Las élites se sienten molestas cuando ahora ya no es Estados Unidos el horizonte final de nuestra presencia internacional. Ven con malos ojos los nuevos vínculos o el reforzamiento con otras regiones del sistema-mundo. Es comprensible que no les guste porque eso hace que las prioridades y el sentido de la política internacional de nuestro país ya no responden a los intereses estrictamente monopólicos-comerciales, sino el fortalecer la integración y la diversificación de mercados. Entonces, aquel medio privado se pronunció que lo que debería ser la política internacional del Ecuador es prioritariamente el comercio.
Comprendemos que requerimos comerciar en el mundo, pero no solamente con Estados Unidos, sino con todos los que quieran comprar nuestros productos, pero tampoco reducirnos a tener unas relaciones internacionales fundadas en el mercantilismo, eso sería tener una visión torpe de la política internacional. Más aún ahora que el comercio pasa por acuerdos no solo mercantiles, sino acuerdos políticos, e incluso ideológicos, que no se centran solamente en la ganancia monetaria, sino en la ganancia del bienestar social de los pueblos. De ahí que, para estos medios privados, llegar a acuerdos con Cuba no es relevante.
La relevancia está en que, sea como sea, se firme un TLC con Europa, pero no un acuerdo comercial con el Mercosur. Afirman que el Mercosur nos inundaría de productos, ¿pero acaso no pasaría algo tremendamente peor con un TLC con Europa? Se comprende que tengan un maniqueísmo político e ideológico, o una pobre interpretación del mundo político comercial del siglo XXI. Hasta ahora no pueden superar el que el Ecuador no haya firmado un TLC con EE.UU. y que mire a otras regiones o grandes países como China, la cual, por cierto, en menos de una década superará a EE.UU. como la economía más grande del mundo. Solo queda preguntar, ¿hasta cuándo estos actores políticos se pondrán a la altura del siglo XXI, dejando atrás su mentalidad hacendataria y oligárquica? Incluso ciertos sectores de las izquierdas deberán abandonar un esencialismo y purismo idealista para que prime un materialismo social innovador.

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