domingo, 11 de diciembre de 2011

La guerra, negocio sucio “en el que los beneficios se calculan en dólares y las pérdidas en vidas”



Escrito por Dalia González l Granma   
http://www.granma.cubaweb.cu/2011/12/11/interna/guerra.jpgLa guerra es un negocio sucio. Siempre .lo ha sido. Es posiblemente el más antiguo, fácilmente el más lucrativo, seguramente el más cruento. Es el único que es internacional en su alcance. Es el único en el que los beneficios se calculan en dólares y las pérdidas en vidas.” Así lo dijo el general Smedley D. Butler, del Cuerpo de Marines de Estados Unidos, el militar más condecorado en la historia de ese país.
¿Quién gana con la guerra? ¿Por qué es un negocio bombardear un país hasta dejarlo en ruinas? Después de la matanza, las empresas reemplazan a los aviones de combate. Los mismos países que bombardearon Libia, ahora reciben contratos millonarios para su reconstrucción.
“Libia es un país rico en reservas de petróleo, y espero que haya oportunidades para que los británicos y otras empresas participen en la reconstrucción”, confesó el ministro de Defensa británico, Philip Hammond.
Según Russia Today, la cuenta que el Reino Unido debe pagar por su parte en la intervención de la OTAN se ha evaluado en casi 500 millones de dólares. Mientras tanto, según el Departamento de Comercio e Inversiones, el valor de los contratos para la reconstrucción de Libia podría llegar a más de 300 000 millones de dólares durante los próximos 10 años.
John Hilary, director ejecutivo de War on Want, una organización que lucha contra la pobreza en los países en desarrollo, asegura que la situación es parecida a Iraq después de la guerra, cuando las empresas de los países involucrados en la invasión obtuvieron los mejores contratos. “Bombardeamos, destruimos y después obtenemos contratos para la reconstrucción”, dijo a Rusia Today.
Como el Reino Unido, Francia no quiso quedarse fuera. Fue la primera potencia occidental que reconoció al autoproclamado Consejo Nacional de Transición (CNT) como gobierno legítimo de Libia y la primera en reabrir su embajada en Trípoli. París espera que la gratitud política se traslade a los negocios.
Estos pasarán por los millonarios contratos para la reconstrucción del país, las concesiones petroleras y las nuevas oportunidades que surgirán con su previsible apertura económica.
El periodista australiano John Pilger aseveró que hubo pruebas de negociaciones incluso antes de la invasión de la OTAN a la nación árabe. “Libia es una fuente con más petróleo que cualquier otro país en África, incluso Nigeria”, afirmó. “El Consejo Nacional de Transición dijo a Francia que si enviaba sus aviones al país le otorgaría a la empresa Total (primera empresa gala del sector) el 35 % de las reservas libias de petróleo”.
El analista mexicano Alfredo Jalife explicó a Telesur por qué la OTAN gana con la destrucción y luego la reconstrucción de Libia.
Consideró irrisorios los 1 500 millones de dólares de los activos libios que Estados Unidos liberó para los sublevados del CNT, pues en realidad los bienes del país norafricano ascienden a más de 100 mil millones de dólares.
Llama la atención, señaló, la manera en que la OTAN y Estados Unidos van a utilizar las cuentas “que tienen hipotecadas, son grandes reservas de dinero, de más de 100 000 millones de dólares”, insistió al considerar que son “migajas las que le sueltan al CNT”.
Sería ingenuo creer que en Libia “destruyen por destruir” —explicó— pues no se puede olvidar que también operan las fuerzas transnacionales “para ganar y sacar jugosos dividendos”.
El analista hizo una analogía entre Iraq, Afganistán y Libia, y señaló que ninguna de las tres naciones “tiene infraestructura de ninguna índole, están totalmente destruidas, pero eso es parte del negocio, porque luego van a la reconstrucción y ya tienen ignorado el dinero de la gran riqueza del país.”
Las guerras son un negocio redondo para los vencedores. ¡Pero a qué precio! ¿No es acaso el ser humano un animal racional? ¿Qué racionalidad puede haber en un conflicto armado, donde además, quienes cosechan fortunas, no participan en la batalla? Solo tiran a pelear a un hombre contra otro, como en el circo romano.
Así escribió el general Butler en su libro War is a racket: “Por lo menos 21 mil nuevos millonarios y multimillonarios fueron creados en EE.UU. durante la Guerra Mundial. Son los que admitieron sus inmensas ganancias con sangre en sus declaraciones de impuestos. Nadie sabe cuántos otros millonarios de la guerra falsificaron sus declaraciones de impuestos. ¿Cuántos de esos millonarios de la guerra cargaron un rifle? ¿Cuántos de ellos cavaron una trinchera? ¿Cuántos de ellos supieron lo que significa pasar hambre en un hoyo infestado de ratas? ¿Cuántos de ellos pasaron noches de insomnio y terror, evitando las granadas, la metralla y las balas de las ametralladoras? ¿Cuántos de ellos esquivaron la bayoneta de un enemigo? ¿Cuántos de ellos fueron heridos o muertos en batalla?”
La guerra: negocio redondo DALIA GONZÁLEZ DELGADO
.La guerra es un negocio sucio. Siempre .lo ha sido. Es posiblemente el más antiguo, .fácilmente el más lucrativo, seguramente el más cruento. Es el único que es internacional en su alcance. Es el único en el que los beneficios se calculan en dólares y las pérdidas en vidas.” Así lo dijo el general Smedley D. Butler, del Cuerpo de Marines de Estados Unidos, el militar más condecorado en la historia de ese país.

Después de la matanza, las empresas reemplazan a los aviones de combate.
¿Quién gana con la guerra? ¿Por qué es un negocio bombardear un país hasta dejarlo en ruinas? Después de la matanza, las empresas reemplazan a los aviones de combate. Los mismos países que bombardearon Libia, ahora reciben contratos millonarios para su reconstrucción.
“Libia es un país rico en reservas de petróleo, y espero que haya oportunidades para que los británicos y otras empresas participen en la reconstrucción”, confesó el ministro de Defensa británico, Philip Hammond.
Según Rusia Today, la cuenta que el Reino Unido debe pagar por su parte en la intervención de la OTAN se ha evaluado en casi 500 millones de dólares. Mientras tanto, según el Departamento de Comercio e Inversiones, el valor de los contratos para la reconstrucción de Libia podría llegar a más de 300 000 millones de dólares durante los próximos 10 años.
John Hilary, director ejecutivo de War on Want, una organización que lucha contra la pobreza en los países en desarrollo, asegura que la situación es parecida a Iraq después de la guerra, cuando las empresas de los países involucrados en la invasión obtuvieron los mejores contratos. “Bombardeamos, destruimos y después obtenemos contratos para la reconstrucción”, dijo a Rusia Today.
Como el Reino Unido, Francia no quiso quedarse fuera. Fue la primera potencia occidental que reconoció al autoproclamado Consejo Nacional de Transición (CNT) como gobierno legítimo de Libia y la primera en reabrir su embajada en Trípoli. París espera que la gratitud política se traslade a los negocios.
Estos pasarán por los millonarios contratos para la reconstrucción del país, las concesiones petroleras y las nuevas oportunidades que surgirán con su previsible apertura económica.
El periodista australiano John Pilger aseveró que hubo pruebas de negociaciones incluso antes de la invasión de la OTAN a la nación árabe. “Libia es una fuente con más petróleo que cualquier otro país en África, incluso Nigeria”, afirmó. “El Consejo Nacional de Transición dijo a Francia que si enviaba sus aviones al país le otorgaría a la empresa Total (primera empresa gala del sector) el 35 % de las reservas libias de petróleo”.
El analista mexicano Alfredo Jalife explicó a Telesur por qué la OTAN gana con la destrucción y luego la reconstrucción de Libia.
Consideró irrisorios los 1 500 millones de dólares de los activos libios que Estados Unidos liberó para los sublevados del CNT, pues en realidad los bienes del país norafricano ascienden a más de 100 mil millones de dólares.
Llama la atención, señaló, la manera en que la OTAN y Estados Unidos van a utilizar las cuentas “que tienen hipotecadas, son grandes reservas de dinero, de más de 100 000 millones de dólares”, insistió al considerar que son “migajas las que le sueltan al CNT”.
Sería ingenuo creer que en Libia “destruyen por destruir” —explicó— pues no se puede olvidar que también operan las fuerzas transnacionales “para ganar y sacar jugosos dividendos”.
El analista hizo una analogía entre Iraq, Afganistán y Libia, y señaló que ninguna de las tres naciones “tiene infraestructura de ninguna índole, están totalmente destruidas, pero eso es parte del negocio, porque luego van a la reconstrucción y ya tienen ignorado el dinero de la gran riqueza del país.”
Las guerras son un negocio redondo para los vencedores. ¡Pero a qué precio! ¿No es acaso el ser humano un animal racional? ¿Qué racionalidad puede haber en un conflicto armado, donde además, quienes cosechan fortunas, no participan en la batalla? Solo tiran a pelear a un hombre contra otro, como en el circo romano.
Así escribió el general Butler en su libro War is a racket: “Por lo menos 21 mil nuevos millonarios y multimillonarios fueron creados en EE.UU. durante la Guerra Mundial. Son los que admitieron sus inmensas ganancias con sangre en sus declaraciones de impuestos. Nadie sabe cuántos otros millonarios de la guerra falsificaron sus declaraciones de impuestos. ¿Cuántos de esos millonarios de la guerra cargaron un rifle? ¿Cuántos de ellos cavaron una trinchera? ¿Cuántos de ellos supieron lo que significa pasar hambre en un hoyo infestado de ratas? ¿Cuántos de ellos pasaron noches de insomnio y terror, evitando las granadas, la metralla y las balas de las ametralladoras? ¿Cuántos de ellos esquivaron la bayoneta de un enemigo? ¿Cuántos de ellos fueron heridos o muertos en batalla?”
 
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